Una educación de calidad es posible con TIC o sin TIC al igual que una mala educación, pero estoy convencido que las herramientas de la Web 2.0 nos ayudarán enormemente a lograr esa educación soñada.Seguro que, de vivir en nuestros días, Giner de los Ríos tendría un blog en Blogger, habría publicado las fotos de su viaje a Lisboa en Flicker, sus alumnos usarían Twitter en el aula y Tuenti fuera de ella y yo dentro de un rato recibiría un amable comentario suyo en este blog.No creo que pueda haber aprendizaje si no se educa para la autonomía. Mi maestra de escuela rural quizás no lo formuló, pero así lo hizo.
20 jun 2011
educación, autonomía, tradición y tics
No puedo estar más de acuerdo, como madre y como docente: los buenos principios pedagógicos son eternos (F. Muñoz de la Peña, Aulablog 21):
2 jun 2011
Colegas y TICs y tics
Cuando se va teniendo una edad la gente suele refugiarse en que se va teniendo una edad para escaquearse de las novedades, que dan mucha pereza. "¡Uf, de dónde sacas tiempo para eso!", o mejor: "¡Yo no sé cómo te da tiempo para eso!", o mejor todavía: "¡Yo es que no tengo tiempo para esas cosas!" te dicen. Y hay que callarse. Callarse y pasar por alto ese punto de reproche, de acusación de perder el tiempo o de robárselo al trabajo de verdad.
Y eso es lo que pasa con los cursos a distancia, que uno no puede escaquearse. ¡Ay, esos benditos talleres que empiezan con una lluvia de ideas y prosiguen con la formación de grupos de tres para terminar horas después con un "lo siento, el tiempo se nos ha echado encima, ya no puedo..., ha sido todo tan interesante y habéis participado tanto... Bueno, aquí os dejo mi dirección electrónica para los que queráis me pidáis el pouerpoin y yo os lo envío. Muchas gracias".
¡Qué comodidad! Son lo mejor para cuando la carga de ego y de soberbia hace que empiece a costar subir las escaleras. Y esa pereza no tiene edad.
30 may 2011
Este niño no me subjuntiva
Conste que a mí, como madre y sobre todo como trabajadora del español, me parece bien que existan esos cocos, esos sacamantecas, esos ogros, esos hombres del saco de la Gramática. Así me siento más necesaria y así garantizo también el pan de mis hijos.
No obstante, cuando periódicamente me encuentro con frases como la que da título a esta entrada, me dan ganas de llorar, aunque al poco se me pasan. No sé si lo que se necesita es deformación en lugar de formación o si lo que se tiene es deformación en lugar de formación.Quizás esto futuramente sea también pan de mis hijos, ya que lo es casi de cada día.
Información básica
- Nombre:
- Anti subjuntivo
- Categoría:
- Arte y entretenimiento - Famosos
- Descripción:
- Te apetece mucho espanol?Y tambien crees que subjuntivo lo hace menos atractivo?Eso es el grupo mas ideal para ti.Se agrega y grita:Para el sufrimiento inutil y deja subjuntivo!!
- Privacidad:
- Abierto: todo el contenido es público.
17 mar 2011
17 de marzo, 150 aniversario de la Unidad de Italia
Debo empezar diciendo que con lo que está pasando no deja de resultarme casi obsceno ponerme a hablar de cualquier cosa que no sea de lo único importante. Y de eso no puedo hablar, por sobrecogimiento y por ignorancia. Pero qué nos queda: tirar para delante y fingir que se puede hablar de otras cosas y que otras cosas tienen también su importancia.
Hoy 17 de marzo, Italia celebra el 150 aniversario de su historia como estado. Sólo quince décadas: Italia, siendo tan antigua, es sólo una quinceañera, una "minorenne", como dice Benigni.
No obstante, me concedo el placer de equivocarme: al fin y al cabo, es la segunda vez que aterrizo para vivir este país. Así que, escudándome en eso, porque es muy tentador celebrar así el 150 aniversario de la unidad de Italia y porque en algo tangible debo ver plasmadas para no morir de depresión la media de 13 ¡trece, se dice pronto! horas semanales que, gracias al desinteresado -e indiferente- gesto del Atac, dedico a la observación, reflexión y elaboración de hipótesis acerca de lo que me rodea, así que, por todo eso, voy a decidirme por fin a escribir estas líneas, que tantas veces he escrito (cada vez de una manera, y ésta no es la mejor) y otras tantas se han evaporado al bajar del autobús.
Resulta que este país tan rematadamente viejo, tan rematadamente antiguo, tan en el origen de todos nosotros, tan nuestro abuelo, es el más joven de los que nos rodean. Ésa y sus miles de otras contradicciones son sin duda la raíz de su encanto y de la atracción que ejerce y el desconcierto que provoca. En las calles cacas de perro y altares a la Virgen ante los que la gente se santigua al pasar (con el perro); monumentos funerarios en las esquinas y en las farolas, dedicados no se sabe si al pobre peatón arrollado por la moto o al pobre motero víctima de una estética; declaraciones de amor desesperado escritas en los contenedores del papel rebosantes de vidrios y latas y más cacas de perro; la sumisión a la estética y el espectáculo de lo bajuno y soez; el barbone tirado en la acera cerca del plato con comida de gatos que un alma caritativa ha dejado debajo de un coche (también en la acera); la mano que saluda al Papa y le toca el culo a las niñas; el país que inventó el desaliño milimetrado, las gafas de sol descomunales y el cinturón para lucir el calzoncillo; el país que le puso tacón a las deportivas, el país que ha sabido hacer categoría estética del desconchón y de la ruina; el país que supo vender cocina de lujo con los más humildes ingredientes; el país de los más modernos postrado ante el televisor y paralizado durante el Festival de San Remo; un país unido en la pasta asciuta y en el culto a la mamma, siempre a la última y siempre igual a sí mismo. Y podríamos seguir, cada uno añadiendo la suya.
En la fase de adaptación en la que me encuentro, a medida que vas conociendo el país y su lengua, vas intentando explicarte el uno por la otra o al revés. Es un ejercicio un poco tonto, lo sé, pero es muy divertido, y en el autobús se pasa el rato divinamente con él. Es lingüística ficción, sí, pero tiene su base real, como las novelas de Julio Verne. Así que ya le he encontrado una explicación a tantas contradicciones, a tanto caos: cómo no con una lengua en la que hay dirección pero no hay sentido: la misma palabra para hola y para adiós, para saludar y para despedir, para traer y para llevar, para por y para para (bueno, casi), para ir y para venir.
Éste es un país grande, no sé si más romano que hérulo u ostrogodo (en los grandes imperios pasa así, también en la lengua: las esencias se conservan mejor en las provincias que en la metrópoli), que mejor que ninguno sabe sobreponerse a sus dirigentes y a sí mismo y sus miserias también. Hoy celebra (la gente sí: los chinos se han hartado de vender banderas) 150 años de una casa y casi de una lengua, que nacieron Dios sabe cuándo:
Hoy 17 de marzo, Italia celebra el 150 aniversario de su historia como estado. Sólo quince décadas: Italia, siendo tan antigua, es sólo una quinceañera, una "minorenne", como dice Benigni.
Como homenaje personal a este país que tanto me enseña, he querido empezar con esta canción tan hermosa de Lucilla Gallezzi: Voglio una casa, una excelente metáfora para estos momentos.
Los que llevamos tantos años por el mundo sabemos que hay cosas que pasan siempre de la misma manera, aunque siempre sean nuevas; sabemos que en el ritual de vivir un país más allá del decálogo turístico de monumentos, museos, enclaves o ciudades, en el baño social que implica encontrar una casa, aprenderte un camino, encontrar dónde colocar cada detalle de tu rutina, se pasa por unas etapas que se suceden siempre con precisión aritmética, pero que no por ello dejamos de experimentar cada vez en cada país como novedades, como experiencias determinantes, como aprendizaje.
Yo estoy pasando por una de esas etapas: lo sé, la conozco; sé que es pronto para decir nada, que por muy sorprendente que puedan ser algunas cosas para mí en estos momentos, probablemente y para mí misma no dejarán de ser una verdad de Pero Grullo dentro de poco tiempo.
Resulta que este país tan rematadamente viejo, tan rematadamente antiguo, tan en el origen de todos nosotros, tan nuestro abuelo, es el más joven de los que nos rodean. Ésa y sus miles de otras contradicciones son sin duda la raíz de su encanto y de la atracción que ejerce y el desconcierto que provoca. En las calles cacas de perro y altares a la Virgen ante los que la gente se santigua al pasar (con el perro); monumentos funerarios en las esquinas y en las farolas, dedicados no se sabe si al pobre peatón arrollado por la moto o al pobre motero víctima de una estética; declaraciones de amor desesperado escritas en los contenedores del papel rebosantes de vidrios y latas y más cacas de perro; la sumisión a la estética y el espectáculo de lo bajuno y soez; el barbone tirado en la acera cerca del plato con comida de gatos que un alma caritativa ha dejado debajo de un coche (también en la acera); la mano que saluda al Papa y le toca el culo a las niñas; el país que inventó el desaliño milimetrado, las gafas de sol descomunales y el cinturón para lucir el calzoncillo; el país que le puso tacón a las deportivas, el país que ha sabido hacer categoría estética del desconchón y de la ruina; el país que supo vender cocina de lujo con los más humildes ingredientes; el país de los más modernos postrado ante el televisor y paralizado durante el Festival de San Remo; un país unido en la pasta asciuta y en el culto a la mamma, siempre a la última y siempre igual a sí mismo. Y podríamos seguir, cada uno añadiendo la suya.
En la fase de adaptación en la que me encuentro, a medida que vas conociendo el país y su lengua, vas intentando explicarte el uno por la otra o al revés. Es un ejercicio un poco tonto, lo sé, pero es muy divertido, y en el autobús se pasa el rato divinamente con él. Es lingüística ficción, sí, pero tiene su base real, como las novelas de Julio Verne. Así que ya le he encontrado una explicación a tantas contradicciones, a tanto caos: cómo no con una lengua en la que hay dirección pero no hay sentido: la misma palabra para hola y para adiós, para saludar y para despedir, para traer y para llevar, para por y para para (bueno, casi), para ir y para venir.
Éste es un país grande, no sé si más romano que hérulo u ostrogodo (en los grandes imperios pasa así, también en la lengua: las esencias se conservan mejor en las provincias que en la metrópoli), que mejor que ninguno sabe sobreponerse a sus dirigentes y a sí mismo y sus miserias también. Hoy celebra (la gente sí: los chinos se han hartado de vender banderas) 150 años de una casa y casi de una lengua, que nacieron Dios sabe cuándo:
11 mar 2011
comandos
Mordiendo el cuchillo, con el traje de camuflaje bastante deteriorado y apartando las lianas. Abrigados en su jerarquía y en sus certezas, cuando uno flaquea mira al otro, y con la mirada le suplica que le diga que sí, que es verdad, que acaba de haber oído el zumbido de un bombardero, o de haber visto un buque de guerra, o un paracaidista enemigo camuflado entre los árboles. Llevan así ya no recuerdan desde cuándo, y saben que nadie podrá rescatarlos nunca: ellos lo impedirán, porque no sabrían vivir de otro modo, sin amenazas ni enemigos
31 ene 2011
Filósofos y poetas en Babia, ignotos o ignorantes
A Fernando Savater nunca lo había visto torpear tanto, la verdad, como el otro día en El País: Los colegas de 'Mad Max'. Por una vez puedo decir que no entiende nada. Es verdad que sus argumentos visten un poco más que los de Bardem, pero resultan igualmente superficiales, básicos, infantiles. Babelia sacó este sábado un suplemento sobre Internet, en el que figuraba un interesante artículo de Juan Freire: Las paradojas de Internet, que acaba así:
sábado 29 de enero de 2011
La Internet de masas es más de lo mismo; un espacio interesante para el entretenimiento y la publicidad. La verdadera transformación social es más callada. La cultura digital se asienta sobre nuevos valores o sobre la revitalización de otros como lo abierto, la producción, la copia, la remezcla, la reputación o la meritocracia. Y aquí emerge la segunda paradoja de Internet, la que deriva de las dificultades para entender este nuevo escenario con los criterios convencionales. Surgen nuevos referentes, muchas veces fuera de la academia y de los medios. Las historias y los discursos son cada vez más transmediáticos y fragmentarios, y en ellos las obras derivadas juegan papeles tan importantes como los de lo que antes denominábamos originales. Y buena parte de esta producción exuberante es efímera, destinada a una vida corta.
Convivir con estas paradojas puede provocar traumas. Así, ¿dónde quedan los grandes referentes culturales e intelectuales? Inevitablemente sufren, a veces de forma dolorosa para sus propios egos, una devaluación por la abundancia que provoca la competencia con amateurs, por su dependencia de los medios que cargan con sus propias crisis, e incluso por su falta de competencias digitales, de destrezas para moverse y comunicarse en el entorno digital.Pero también aparecía el poema que copio abajo. No sé, debo de haber perdido -contaminada por las malas compañías de la Red- todo mi paladar poético, que creía tan cultivado. Vean este sermón de la montaña, tan pedestre como estos versos: "Tienen pocos amigos. / No exponen sus instantes. / No desgastan las cosas / ni el lenguaje. Network / para ellos es malla / que detiene la plata de los peces."
sábado 29 de enero de 2011
Benditos los ignotos
"Heil den unbekannten"
J. W. Goethe, Das Göttliche
Benditos los ignotos,
los que no tienen página
en internet, perfil
que los retrate en facebook,
ni artículo que hable
de ellos en wikipedia.
Los que no tienen blog.
Ni siquiera correo
electrónico, todo
les llega si les llega,
con un ritmo más lento.
Tienen pocos amigos.
No exponen sus instantes.
No desgastan las cosas
ni el lenguaje. Network
para ellos es malla
que detiene la plata de los peces.
Benditos los que viven
como cuando nacieron
y pasan las mañanas oyendo el olmo
que creció junto al río
sin que nadie
lo plantara.
Benditos los ignotos
los que tienen
intimidad.
Juan Antonio González Iglesias
27 ene 2011
El pensamiento Office
Hace tiempo que quería escribir un apunte (otra cosa no, imposible, desde este estado de beta permanente) sobre cómo Microsoft ha conformado nuestras mentes, sobre todo en nuestro sector, el de la enseñanza. Hablaba a algunos colegas de la necesidad que sentía de construir un espacio para algo como una Guía del Profesor y descubrí que si no me entendían era porque lo concebían como un documento imprimible, que empezaba por la primera línea y como es lógico terminaba en la última. Hoy el título de estas líneas de Juan Quintana, Cómo salir de la era PC - Redes Sociales Educativas, me ha arrastrado por fin hasta mi cuaderno.
El invento más grande y definitivo de mis años de estudiante y posteriores fue la fotocopiadora, que nos ahorraba mucho tiempo cuando íbamos a las bibliotecas o faltábamos a clase; hice la tesis con fichas, fotocopias y visitas a la Biblioteca Nacional desde Marruecos (porque afortunadamente en aquel entonces mi trabajo allá me pagaba sobre todo con tiempo, y me dejaba muchas horas y temporadas libres para dedicarlas a curiosear en lo que me gustaba: la literatura barroca). La fotocopia reproducía material, impreso o manuscrito, lineal, bien demarcado, finito, abarcable, cuantificable y medible; la fotocopia reproducía y por lo tanto democratizaba aún más la galaxia Gutemberg, que finalmente lo que había hecho a su vez no era más que divulgar y democratizar los manuscritos también finitos, delimitados, lineales y cuantificables, propios de la literatura culta y escrita; la oralidad, caótica, difusa, circular y multidireccional quedaba fuera de ese mundo, quedaba fuera del libro (manuscrito o impreso), quedaba en sus alrededores, quedaba en las aulas, en las tertulias, en las posadas, en las plazas y en las almohadas.
Internet ha hecho texto el caos oral. Por eso Internet -y no el ordenador- me parece una revolución mucho más trascendente que la de Gutemberg, que sin embargo dio lugar hace medio milenio ni más ni menos que al mundo moderno que hasta hoy no hemos empezado a despedir. Estamos viviendo sólo los comienzos de una nueva era, la de la Gran Conversación, la galaxia Berners-Lee, un Big Bang conversacional de la que la galaxia Marconi sólo fue un tímido preludio, nada revolucionario en sí mismo según esta idea.
Venimos todos aún del mundo de Gutemberg, a pesar de la tele y del teléfono; venimos de la cultura del texto delimitado y finito, encumbrado en la tarima, sacralizado en la prosternación reverencial de la nota a pie de página. Y la rapidez, la capacidad, la comunicabilidad que le proporciona a ese mundo el ordenador (acabé mi tesis en el 89 ¡a máquina!) nos ha impactado tanto que no nos ha dejado ver la verdadera revolución que ha propiciado la maquinita: Internet.
El ordenador, que abre la puerta de Internet, exhibe su memoria y su velocidad y nos dificulta traspasar ese umbral. Aunque tengamos delante el nuevo mundo que Internet nos propone, nuestra inercia nos lleva a utilizar el ordenador e incluso las redes de ordenadores para replicar nuestro mundo conocido y amigable de material impreso: el del mundo imprimible, encuadernable, y por lo tanto, lineal y finito, autoral. El mundo Office. El del copyright.
Pero hay vida más allá de Office, aunque nuestra inercia gutemberg nos dificulte hacerlo concebible. Es el mundo de la oralidad, de la co-lectividad, el mundo inabarcable, multidireccional, inacabado de la comunicación y del conocimiento; el mundo que abarca el libro y sus alrededores, el mundo que lo deshace en palabras, en ideas, en conexiones, en paradigmas. El mundo del Libro del Buen Amor, el mundo del libro centrífugo y centrípeto de Cervantes, el mundo del libro vertiginoso de Borges que es tanto el que está permanentemente por escribir como el que componen las letras del abecedario, que los ha escrito todos, como el que guarda y al mismo tiempo compone la biblioteca infinita.
En definitiva, que para comunicarme con mis colegas y construir por ejemplo una Guía del Profesor o una Guía del Alumno necesito salir de mi celda. Necesito espacios y tiempo, y redes y nodos, y no un archivo imprimible.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)