12 jun 2014

Maravilloso mundo sin fronteras

El tema de la identidad en el mundo digital verdaderamente se las trae. Arrastramos esa herencia romántica del culto al individualismo por la cual todavía creemos tener una identidad (más allá de nuestra propia identidad) y unos derechos, como si nuestras ideas fueran nuestras. Sí, claro, pero en fin...

Y ya, dando por supuesto que tenemos que cuidar nuestra identidad al tiempo que preservar nuestro derecho a la privacidad, ¿cómo compaginar la identidad personal con la profesional?, se plantean muchos. Cómo se pueden separar, me pregunto yo, sobre todo en nuestras profesiones.

Vivimos en un mundo líquido,en el que la identidad es algo cambiante y maleable, y también doloroso:
Bauman plantea que en la modernidad líquida las identidades son semejantes a una costra volcánica que se endurece, vuelve a fundirse y cambia constantemente de forma. El autor plantea que éstas parecen estables desde un punto de vista externo, pero que al ser miradas por el propio sujeto aparece la fragilidad y el desgarro constante.
Según sus planteamientos, en la modernidad líquida el único valor heterorreferenciado es la necesidad de hacerse con una identidad flexible y versátil que haga frente a las distintas mutaciones que el sujeto ha de enfrentar a lo largo de su vida.
La identidad se configura como una responsablidad reflexiva que busca la autonomía del resto y la constante autorrealización y que, además, está abocada a la constante inconclusión debido a la falta de un telos en la modernidad tardía.
En este mundo líquido, por tanto, no sólo no se pueden separar las identidades, sino que éstas no son inmutables ni definitivas ni claras ni se pueden aislar claramente de las identidades de los otros. Por eso con la oposición identidad personal/profesional pasa lo mismo que con la de ocio y trabajo. Yo, por ejemplo, no sé si la actividad que estoy realizando ahora mismo es de trabajo o es de ocio, pero ¿por qué tendría que clasificarla en uno u otro lado (manía clasificatoria del mono occidental, que diría Cortázar)? La esfera de lo personal cada vez puede separarse menos de la de lo profesional, y al revés. En mi vida y desde mis identidades, no consigo separar trabajo de ocio, ni enseñar de aprender, que en esta era digital están llamados a fundirse en un único verbo: aprenseñar o ensaprender.

No hay comentarios: