Allí se expresaban las cosas en potencial:
“Imagina que tienes un colega que imparte tu misma asignatura y quiere incorporar las TICs en su asignatura para el curso que viene. Viene a ti, ya que le suena que tú tienes un blog y enredas con estas cosillas, en busca de consejo. ¿Qué le dirías? ¿Cuáles serían las claves para que tu compañero tuviese éxito en esta tarea?”Se trata de una escena imaginada, pues. Yo voy a narrar, me permito, mi experiencia.
En mi caso, la circuntancia ha venido siendo al revés mayormente (la montaña, Mahoma y esas cosas), y quizás eso explica algo de las que quiero decir aquí. Fui yo quien empujó al personal. No tiene mérito, porque es lo que tenía que hacer. Forma parte del trabajo: tirar del carro.
Cuando estaba en Milán (2004) invité (con lo que tiene de imperativo una invitación en según qué relaciones profesionales) a Emilio a participar en un curso que ideé (la primera persona, creedme, no es vanidad, sino rigor, y tiene mucho que ver con lo que quiero decir) de nuevas tecnologías para profesores de español, y que bauticé un tanto estúpidamente (ahora casi me avergüenzo) e_ele_punto_eñe. El curso tuvo un éxito relativo entre los profesores, e hicimos, si no recuerdo mal, dos ediciones. Emilio eligió hablar de los blogs, para mí algo totalmente desconocido entonces, lo confieso.
El caso es que de ahí salió algo positivo, una bitácora (llamémosla así, a la antigua usanza) de Emilio, que aun hoy sigue siendo una referencia permanentemente citada. Y un foro (mío) hoy totalmente agonizante, si no muerto y sepultado, y que se mantuvo prácticamente mientras yo me empeñé en hacerle el boca a boca (a las cosas hay que dejarlas morir cuando les llega su hora).
Ahora, desde Bruselas, he vuelto a acudir a Emilio (porque lo conozco, es "de la casa" -qué poco me gusta esta expresión-, está muy cerca -sale barato- y además es Makelele), ahora ya no imperativamente, claro. Él, como no podía ser menos, no sólo vino e impartió su seminario, luchando contra los elementos, sino que creó un blog al efecto, como no podía ser menos también. Tengo que decir (o repetir) que asistió mucha gente y que se mantuvo muy interesada durante las cuatro horas, que surgieron los escepticismos previsibles y las dudas e inseguridades habituales, e incluso las incredulidades no menos esperadas. Quise hacer la evaluación tradicional de otra manera. y me inventé otro blog, con el ánimo de que los asistentes de la casa emborronáramos hojas y jugáramos un poco para aprender. Bueno, el resultado está ahí (sólo hasta septiembre, que lo borraré). Fifty-fifty, ¿no? Bueno, vale, tuenty-eity.
Claro, no se trata de una fotocopia lista para llevar a clase y triunfar. Es, como las cosas importantes de la vida, algo que nos la complica. Tampoco suma horas lectivas.
No obstante, contra todas las inercias, el futuro se ve venir...
1 comentario:
Parece que, después de todo, el punto de partida para el meme no es una situación tan imaginaria como se piensa. Tu historia es muy ilustrativa :).
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