Se trataba de contestar a esto:
“Imagina que tienes un colega que imparte tu misma asignatura y quiere incorporar las TICs en su asignatura para el curso que viene. Viene a ti, ya que le suena que tú tienes un blog y enredas con estas cosillas, en busca de consejo. ¿Qué le dirías? ¿Cuáles serían las claves para que tu compañero tuviese éxito en esta tarea?”Yo me voy a concentrar en la escena:
"¡Tengo un colega! ¡Quiere incorporar las TICs en su asignatura (que es la mía)! ¡¡Viene a mí!!"
A estas alturas yo ya no me lo creo de lo feliz que soy: no puede ser verdad, tiene que ser un sueño.
Si encima le suena que tengo un blog y en lugar de decirme que vaya paridas insulsas que digo va y me pide consejo probablemente para abrir uno, pues no me quedaría otra que emocionarme, darle un abrazo e invitarle a lo que quisiera. Cuando lograra recuperarme, le diría que, como hablar en una lengua que no es la tuya en un país que no es el tuyo cuando no estás de vacaciones, atreverse a afrontar en público hasta dónde uno llega es un viaje interior y una cura de humildad. Por lo tanto, las claves, querido compañero, son la fuerza y la humildad, seguidas por la curiosidad y la inquietud y finalmente la conciencia de que a estas alturas la mayoría de los descubrimientos son sólo sumas de matices.
Por eso yo no le diría como este sabio Maestro:
Nunca mires lo que hacen otros, si no estás seguro de que puedes mejorar sus pasos. ¿Acaso te ves dispuesto para ser mejor que mis hermanos blogueros o que yo mismo? Si es así, emprende este nuevo camino. Si, por el contrario, sólo deseas remedar livianamente las tareas de otros, olvídate y sigue los sólidos caminos de la tradición.
Es que los Maestros con mayúsculas me dan un poco de miedo: Critilo se fue descubriendo más soberbio cuanto más sabio (y más viejo, porque la sabiduría es tiempo), y fue descubriendo que eso era lo que le apartaba de Felicia. Y Felicia es lo que buscamos todos. Así que, Andrenio, si me permites a mí un consejo, sé tú mismo, con todas las consecuencias.
Le paso la bola a cualquiera que se tope con esto por las esquinas de la red educativa. La mayoría de quienes conozco han participado ya o han sido ya invitados. No me consta esto de Javier Villatoro, así que a él la bola, y a los participantes en el II CVELE
3 comentarios:
Me ha gustado mucho tu post y es que, aparte de la virtud cardinal de la fortaleza, mencionas una de las virtudes humanas (supongo que todas ayudan en cualquier empresa que acometamos: sinceridad, veracidad,liberalidad, paciencia, lealtad,laboriosidad, orden, generosidad, responsabilidad, comprensión...) que más aprecio: la humildad!
"yo no le diría como este sabio Maestro..."
El sabio maestro era una especie de híbrido entre Kung-Fu y Yoda, lo que implica, además de una alopecia galopante, un discurso 'ex cáthedra' insoportable. De todos modos, ahora lo de las TIC es algo emergente, pero veremos pronto un aluvión de desconocidos expertos (Maestros) que se prodigarán por los caminos con un discurso muy parecido.
Un saludo.
Gracias a los dos. En realidad, Leonor, todas esas virtudes se cierran en una: lealtad (hacia uno mismo).
Por lo que se refiere a los Maestros, Antonio, ésta es la gran paradoja de la Enseñanza, me parece: hasta qué punto es compatible con la libertad y si interesa que lo sea. Ya desde Platón se fingía un diálogo para ir cerrando puertas y acabar en la de la Verdad (del Maestro).Era sólo un monólogo. Me divertía yo con estas cosas antes de que la Institución de la Mancha me acaparara por completo. Por eso lo de la tecnología 2.0 me parece muy superior a esos aparentes diálogos donde la sabiduría desde el principio está sólo de un lado, y esto lo asumen también desde el principio todos los participantes.
Agradezco vuestra visita: nos seguimos viendo
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