No lo hay como ir a las fuentes; es una fijación que me ha quedado desde mis tiempos de las notas a pie de página. Y de allí traigo una pequeña selección de promesas electorales que nos afectan y que amplían nuestras perspectivas profesionales:
- Fomentar la creación de Unidades de Estudios de Género.
- Promocionar la utilización de lenguaje no sexista en todas las actuaciones, incluidas las legislativas, y políticas públicas.
- Revisar y modificar el uso tradicional del masculino para representar a las mujeres en los textos educativos, legales, comunicaciones, publicaciones.
- Impulsar el diseño y realización de materiales didácticos accesibles que trabajen específicamente contenidos coeducativos y de prevención de situaciones de discriminación de las niñas y las mujeres, en ámbitos como la salud y el deporte, convivencia y prevención de violencia contra las niñas, alimentación, interculturalidad y género.
- Formar en igualdad a los profesionales de la educación.
- Reconocer en el ámbito profesional y educativo la figura del agente de igualdad e incluirla en el catálogo de profesiones.
- La inclusión de programas de investigación en salud y equidad, con especial énfasis en género, etnia y discapacidad.
- Impulsaremos las actuaciones necesarias para garantizar la educación en los valores propios de una sociedad democráticamente avanzada a todo el alumnado y mejorar la convivencia en todos los centros educativos. Promoveremos que las administraciones educativas, a partir de los datos obtenidos desde el Observatorio Estatal para la Convivencia, junto con los de diversas Comunidades Autónomas, elaboren propuestas, materiales de apoyo y actividades de formación que faciliten la elaboración en todos los centros de Planes de Convivencia que tengan en cuenta la igualdad entre hombres y mujeres, la mediación y la resolución pacifica de conflictos.
Por fin alguien que en el programa electoral promete crear unidades de estudios gramaticales, aunque empiecen por uno tan vulgar como es el del género; vulgar comparado con lo que dan de sí el subjuntivo, los usos de se, los tiempos de pasado, las condicionales, etc. Pero bueno, menos da una piedra. Diseñar y realizar materiales didácticos es muy motivador, y siempre ha sido, para los profesores de a pie, una tarea poco reconocida. En cuanto a la propuesta de "formar en igualdad a los -y las, xD- profesionales de la formación", pues la verdad no entiendo muy bien: ¿formarlos y formarlas y formarnos a todos y todas por igual acaso, o quizás formarloslasnos sobre el tema de la igualdad, en el que presumiblemente hasta la fecha no habíamos caído? Y en ese caso, ¿quién nos forma? ¿alguien o álguiena ya formado o formada? En cuanto a lo de "reconocer en el ámbito profesional y educativo la figura del agente -y la agenta, me permito añadir- de igualdad e incluirla en el catálogo de profesiones", pues muy bien por cuanto que se abre una puerta profesional más, pero lo de "la figura del agente", no sé, me da un poco de miedo, seguramente infundado.
Y, por último, en cuanto a revisar y modificar el uso tradicional del masculino, pues tengo una propuesta, que dejo para otro día (pronto).
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